Retraso con Mi dulce tormento

lunes, 7 de diciembre de 2009
Como siempre este fic es un tormento para mi XD
Hoy debía acabarlo, pero se me presentaron muchos percanses relacionados con el trabajo u.u.

Mañana en la noche estará completo más que seguro, pero les dejo un gran adelanto! :D nos vemos el martes en la noche, de nuevo perdon, se que siempre les fallo con este fic, pero de verdad me trae mala suerte, siempre me pasa algo cuando lo quiero actualizar, igual espero que valga al pena la espera, creo que tendrá un final bastante inesperado XP


Mi Dulce tormento
Capítulo 10

La siguiente semana pasó tan lenta y tortuosa que no comprendía cómo no se había lanzado desde la azotea de su edifico. ¿Podía tener tanta mala surte? Cuando recuperaba a Sara la perdía. Todo parecía el malvado plan de un ser superior, quien escribía su historia disfrutando de hacerlo sufrir.

Si no hubiese sido porque Nicolás le mostró fotografías e incluso un video en el que Sara daba el acepto a ese alemán albino de dos metros, hubiese jurado que Sara lo engañaba, le había jugado una broma pesada o simplemente quería castigarlo.

Todo estaba perdido… O podía ser su amante, seguramente ella se aburriría de ese sujeto y corría a sus brazos nuevamente, para encontrase furtivamente cada noche en un motel. Sonrió ante ese pensamiento, luego se estrelló con la realidad, Sara jamás haría algo como eso.

— ¡Alan, despierta!— le llamaron la atención. Entonces la sala de reuniones apareció a su alrededor. Se había quedado colgado pensando en Sara, como casi todos los días; durante una importante reunión para una campaña de una prestigiosa marca de perfumes y maquillaje.

—Sí, estoy escuchando, maquillaje— pretendió prestar atención escribiendo cosas sin sentido en su laptop. ¿Qué rayos sabía él de maquillaje? las mujeres se veían bien con él; Sara se veía preciosa con un tono rosa pálido en los labios. Volvió a perderse en la imagen de su ex -novia, recordando lo hermosa que se veía con su vestido de novia en las fotografías. Solo Jeff presente en el encuadre arruinaba esa angelical visión.

Posiblemente ese había sido su error, debió pedirle matrimonio cuando acabó la universidad, tal vez Sara se había ofendido cuando él le pidió que viviesen juntos; quién sabía, Sara tenía un pensamiento bastante tradicional para algunas cosas, para otras, simplemente no sabía qué podía pensar o querer.

— ¡Alan!— volvieron a llamarlo, se espabiló regresando su mente a la reunión, en su trance no se había percatado que la nueva modelo para la campaña de maquillaje había llegado.

Se sorprendió al ver a la joven y hermosa pelirroja ex -novia de Nicolás.

— ¿Dafne?— preguntó algo sorprendido. Ella en seguida se aproximó a él, saludándolo efusivamente, depositándole un beso en cada mejilla. El resto de sus compañeros lo miraron con envidia, las modelos más hermosas siempre terminaban saliendo con él.

— ¡Sí, Alan! Trabajaremos juntos las próximas semanas.

En es momento el maquillaje captó su interés. Dafne era bella sin duda, Nicolás la había rechazado, seguro no se enfadaba, es más le agradecería el que se hiciese cargo de ella.

Después de una mañana de reunión y filmación de algunas tomas, Alan la invitó a almorzar. Una oportunidad así no debía ser desaprovechada.

Tomaron asiento en un pequeño y elegante restaurant, después de ordenar se miraron, esperando que alguien comenzase con la conversación.

Alan se dio cuenta que no tenía nada que hablar con ella.

—Bien… ¿y qué te parece este país?— preguntó para romper el hielo.

—Bien— respondió distraídamente— la verdad vine por el matrimonio de Sara y quería ver si tenía una oportunidad con Nicolás— soltó algo decepcionada, se notaba que no le había ido bien en sus intentos de reconquista. Alan sabía perfectamente el motivo.

—Sabes, deberías olvidarte de Nicolás, él… pues cambió de gustos— no podía decirle que él salía con Thaly, pero en cierta forma era verdad, Nicolás dejaba a hermosas y superficiales mujeres por una muchachita que lo traía loco.

—No lo entiendo, no sé qué quiere— su tono se transformó en uno suplicante, Alan resopló, su cita se convertía en un mar de lágrimas sin consuelo y él como un pseudo psicólogo debía escucharla— tu eres su amigo, dime qué debo hacer.

—Nada Dafne, de verdad, Nicolás… pues el anda enamorado de otra y de verdad no tienes futuro con él, no te ama— sonaba duro, pero era la verdad no pensaba ser sutil y tranquilizarla de a poco con insulsas mentiras sentimentalistas.

Dafne lloró con más ganas, sacando un pañuelo de su bolso secó las lágrimas que corrían su maquillaje.

— ¿Cómo voy a olvidarlo? Tú me entiendes, dime dejaste de amar a Sara.

Su insensibilidad frenó de golpe, era verdad, con Sara le pasaba algo similar, ella lo había dejado, no precisamente porque estuviese enamorada de otro, sino porque él solo metía la pata.

Su situación no era igual a la de Dafne, pero tenían algo en común, ambos sufrían por un amor no correspondido por personas inalcanzables.

La miró con detenimiento, aún con lágrimas y rímel corriendo por sus mejillas, Dafne era bella.

¿Sería eso lo que necesitaba? ¿La necesitaba a ella? Tal vez era un juego del destino, ambos debían olvidarse de los mellizos y comenzar algo nuevo.

Con ese pensamiento se aproximó ella, sostuvo con cuidado su mano, consolándola con una caricia.

—Creo que ambos debemos dejarlos ir y buscar a alguien más-—le habló casi en susurros, mirándola directamente a los ojos.

Dafne sonrió y limpió sus lágrimas con una mano.

—Es verdad, esos dos solo traen problemas, quien sabe, tal vez Nicolás es como Sara y nuestro matrimonio durase menos de una semana.

—De qué hablas— se desconcertó por la comparación.

— ¿Qué no sabías? Sara va a divorciarse, su matrimonio duró menos que los preparativos para la boda.

Alan se apoyó el espaldar de la silla. Cualquier pensamiento respecto a Dafne desapareció abruptamente, antes de darse cuenta ya sonreía y estaba levantado de la silla.

— ¿A dónde vas?— preguntó Dafne.

—Me tengo que ir— respondió automáticamente y salió corriendo.

Sara se divorciaba, estaría libre nuevamente, eso era glorioso, seguramente en su loca y corta vida marital se había dado cuenta del enorme error que había cometido.

Alan se sentía tan feliz que podía hasta haber nadado desnudo en la fuente de la plaza.

Pasó un día estupendo, caminando sin rumbo, disfrutando de la vida.

Al día siguiente despertó con el mismo estado de ánimo, debía averiguar más, especialmente la localización de Sara. La llamó repetidas veces, mas ella no le contestaba, seguramente aún se ocultaba bajo la cama por la vergüenza, orgullosa como era no iba a llamarlo ni a contestarle inmediatamente. Lo mejor era ir personalmente a buscarla.

Si la conocía tan bien como creía, de seguro se encontraba llorando amargamente por su error en casa de su hermana mayor. Se dirigió ahí primero, si no la encontraba la buscaría en casa de Nicolás.

El mundo era bello nuevamente, el cielo parecía haber aumentado su color y los sonidos de la poca naturaleza camuflada en la ciudad se hacían más fuerte, eso o su nuevo celular era el que sonaba.

Se alegró al ver que quien lo llamaba era Nicolás, seguro él sabía más sobre Sara y su milagroso divorcio.

— ¿Qué haces?— le repreguntó su amigo.

—Disfruto la maravillosa vida.

—Thaly se fue de vacaciones, ¿quieres venir? Tomamos algo y salimos.
Aceptó sin pensarlo, seguramente en su pequeña reunión Nicolás tenía planeado darle la maravillosa noticia, aunque él ya tenía un adelanto.

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