Adelanto del capítulo 31 de "Los sueños secretos de Sophie"

miércoles, 4 de noviembre de 2009
Hola! pues les dejo este adelanto porque tendré un retraso D:

Lo siento, ahora con el trabajo no me dio tiempo de terminar el capi, además que ando con un dolor en las piernas que me mata!!!

El capi completo saldrá el miercolés a la noche de acá, osea madrugrada en España o el jueves en la mañana u.u, buen tampoco es tanto retraso...

Pero para que no crean que maté a Thaly o algo asi XD les pongo una parte jeje con el spoiler de que a Sophie e Ian los descubriran en un "mal momento"

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Capítulo 31
¿Y a Sophie quién la cuida?

A Sophie la carcomían los nervios al llegar al hospital. Ya imaginaba toda una película en su mente, el hecho de que no le dijesen nada durante el camino y que su padre no contestase al teléfono, la tenían aún más alterada. En una ocasión anterior su madre había perdido un bebé en el tercer mes de gestación y pese a que los gemelos ya casi estaban en condiciones de nacer, temía que algo les pasase, sobre todo temía por Thaly.


—Sophie tranquila, seguro se adelantó el parto, es todo— le decía Ian, quien se ponía mal al ver a la muchacha alistándose para romper a llorar.


En la sala de espera se encontraban su tío Alan y su hermano menor, quien como ella, mostraba señales de querer llorar, claro que el orgullo que corría por sus venas al igual que en el resto de su familia, hacía que se soplase las lágrimas en un burdo intento por mostrarse despreocupado.


— ¿Qué le pasó?— sollozó la chica corriendo al encuentro de su tío.


—No lo sé, estaba bien, pero empezó a sangrar en la madrugada, tu padre la trajo y cuando yo llegué con tu hermano, ya estaban en el quirófano — el adulto trató de explicarse con calma, intentando tranquilizar a su sobrinos.


Mientras Tiago y Sophie lo ametrallaban con preguntas, su padre salió a su encuentro. Para desgracia de Ian se encontraba cubierto en sangre y le fue inevitable voltear indiscretamente para no ver al director de su colegio.


Los dos hermanos corrieron a interrogar a su padre y exigirle explicaciones.


— ¡Tranquilos, basta!— los calló puesto que con tantas preguntas histéricas no lo dejaban hablar — su madre tuvo placenta previa, tuvieron que sacar a los bebes antes de tiempo, pero están bien.


Sin darle tiempo a más, sus hijos lo empujaron a un lado y corrieron a la habitación de la cual su padre había salido.


Ian los siguió mirando a piso, rogando que los bebés ya estuviesen presentables y no luciesen como dos pequeños aliens cubiertos de sangre, aparentando haber atravesado el abdomen de su víctima.


Calmaron el alboroto al entrar y ver a su madre aún dormida a por efectos de la anestesia.


Sophie la contempló con cierta pena y embeleso. Se veía muy pálida y débil, pero su cabello largo esparcido por la almohada hacían que para Sophie, Thaly luciese como una hermosa princesa dormida víctima de un hechizo.


Esa impresión cambió a una de fascinación cuando miró junto a su madre y vio a sus dos diminutos hermanos siendo atendidos por un médico.


— ¿Qué hacen aquí? Salgan— les dijo el doctor, pero Sophie hizo caso omiso.


Como su fuesen dos muñecas en una juguetería, corrió a alzar uno y abrasarlo aguantándose las ganas de gritar.


— ¡Qué bonitos! ¡Son tan pequeñitos!— exclamó en susurros. Su padre se acercó a arrebatarle al pequeño antes de que su primogénita apreté tanto su hijo más pequeño que este terminase rompiéndose en sus brazos.


—Sí, son muy pequeños, es que son dos, y prematuros, es normal. Pero increíblemente Sophie era aún mas chiquitita cuando nació— recordó colocando al pequeño junto a su gemelo.


Sophie sintió a Ian reprimir una risa a sus espaldas y le dirigió una mirada asesina.


—No te atrevas a decir nada al respecto— masculló evitando que el muchacho hiciese uno de sus comentarios sobre lo pequeña y baja que era ella.


—El del brazalete azul es Max y el del brazalete rojo es Sebastián… o al revés… no importa, a esta edad ni se dan cuenta— explicó Nicolás señalando las cintas distintivas de cada niño.


—Son preciosos, me encantan los bebés— A Sophie le brillaban los ojos e Ian la contemplaba enternecido, la muchacha se veía más dulce y entusiasta que nunca —¡quisiera tener uno así algún día!


El rostro de Ian cambió por el nuevo comentario, Sophie hablaba con tanta emoción y sinceridad que asustaba.


—Espero que no quieras un bebé en un futuro cercano, pero si quieres podemos empezar a practicar como se hace uno— le susurró evitando que Nicolás lo escuchase. Consciente de las consecuencias de su comentario, hábilmente esquivó el golpe de Sophie y por fortuna sintió la vibración de su celular así que escapó al pasillo para hablar con calma.


—Tiago ¿puedes ir con tu hermana a recoger algo de ropa?— Nicolás se aproximó a su hijo, quien a diferencia de Sophie se encontraba más preocupado contemplando a su madre que prestándoles atención a los bebés —con el apuro no saqué nada; hay un bolso listo en el armario y a mí también tráeme algo de ropa, tu madre y los bebés se quedarán tres días, me quedaré con ellos.


Tiago asintió con poca convicción, no quería apartarse de su madre.


Daniel permaneció en la habitación mirando a los bebes desde lejos con cierta desconfianza, pensando que aquellos pequeños podían ser sus mejores aliados o sus peores enemigos; o acapararían toda la atención dejándolo de lado, o por fin sería el hermano mayor de alguien y podría hacerles todo lo que Sophie, y especialmente Tiago, le hacían.


Al salir se encontraron con Ian, quien se veía algo serio y preocupado.


—¿Vamos a ir a casa, vienes?— le preguntó Sophie tomándolo de la mano, el contestó al agarre por inercia, demostrando distracción —¿qué sucede?


—Nada— volvió en sí — era mi tutor, llegó de su viaje y los sirvientes le dijeron que no dormí en casa, quiere saber en que ando perdiendo el tiempo —ironizó comenzando el camino a la salida.


***


Ambos hermanos guardaron lo necesario y regresaron al hospital. Algunos familiares ya se encontraban presentes y Sophie volvió animada a la habitación en cuanto le informaron que su madre acababa de despertar.


Tiago permaneció en la sala conversando con Alan y Daniel, aunque no lo admitía, sentía cierta neurosis y por todos los medios quería evitar importunar a su madre. Sophie por el contrario, deseaba abrazarla y asegurarse personalmente que estuviese bien.


Llevando el bolso más grande, Sophie empujó un poco la puerta, pero el tono aparentemente molesto en que su padre hablaba la detuvieron. Curiosa como siempre se quedó inmóvil escuchando como su padre y su tía Micaela, la hermana mayor de Nicolás, discutían mientras Thaly se encontraba en su burbuja aparte dándoles pecho a sus bebés.


—No creo que sea una buena idea, Sophie no lo aceptará y estoy casi seguro que Daniel tampoco— dijo su padre.


—No debe importarte lo que quieran o no, sino lo que es mejor para ustedes — su tía hablaba seria, pero con una calma muy característica en ella — no puedes con cinco hijos, menos con dos tan pequeños. No es algo permanente, solo quiero ayudarte.


Sophie se tensó más, deseando entender a lo que su tía se refería respecto a ella y Daniel.


—¿Ayudar en qué? puedo con todos— fue la respuesta de Nicolás.


—Tener dos bebés al mismo tiempo no es fácil, más teniendo otros niños de los cuales encargarte. Tiago es más independiente y causa menos problemas, al menos no depende tanto de ustedes, en cambio Sophie es una niña y Daniel también, puedo hacerme cargo de ellos hasta fin de año, o un par de meses más, hasta que Thaly se encuentre del todo bien y los bebés ya no requieran tanto cuidado.


Sophie bajó la mirada con tristeza, de eso hablaba su tía, los consideraba a ella y Daniel un estorbo, un par de niños que necesitaban atención. Ella no era una niña, al menos no quería creer que sí.


—Mira no sé, nunca necesite ayuda, ni cuando los otros tres eran pequeños.


—Eso no es cierto — se molestó la mayor — sabes que prácticamente crié a Sophie durante su primer año.


—Fue porque Thaly aún estaba en el colegio y yo trabajaba, ahora es diferente. Thaly no volverá a trabajar hasta que los gemelos cumplan al menos un año, tendrá mucho tiempo para encargarse de Sophie y mis otros hijos.


—De todas formas piénsalo, veras que Thaly no se dará abasto una vez que empiece el colegio.


—Bien— resopló — yo me quedaré aquí tres días, Tiago debe viajar temprano mañana para el nacional de básquet, Sophie y Daniel se quedarán contigo, intenta convencerlos, ponles una máquina de algodón de azúcar en la sala.


A la chica se le partió el alma, su padre también la consideraba una niña, más que a su hija mayor con quien podía contar siempre. Tampoco lo culpaba, ya semanas antes había notado que no hacía nada por su familia, en realidad no hacía nada por nadie, era lógico que quisiesen deshacerse de ella un tiempo.

1 comentarios:

Anónimo Says:
13 de diciembre de 2009, 23:22

hola soy tu nueva lectora chisse-black..el link que dejaste me cirvio de ucho pues estaba totalmente perdida....eres realmente buena escriviendo de eso no hay duda...te leere mucho y comentare poco pues mi acceso a internet es muy limitado pero cuando comente ceran resumenes de todo lo leydo...prometo que en cuanto me ponga al dia con mis tareas y trabajo podre comentarte mucho mucho..
cuidate y nos estamos lellendo..

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